miércoles, 9 de abril de 2014

Una parada en el camino

La idea de hacer una parada en el camino y preguntarse ¿qué hacemos? ¿dónde estamos? es básico metodológicamente.

La mayoría de las veces no hacemos ese alto en el momento adecuado, y lo que ocurre es que el fragor de la acción nos lleva a equivocarnos con mayor probabilidad.

De vez en cuando, hay que programar un descansillo para retomar el tema. Y esto es lo que hace un facilitador. No sólo en su momento, promueve una dinámica, sino que ha de tener en cuenta que esa dinámica, que ha dado sus frutos, ha de saber sintetizarlos y recogerlos. Ese es el sentido, de pararse y preguntarse nuevamente, ¿dónde estamos? ¿cómo estamos trabajando? ¿que hemos hecho? …. con el consiguiente, ¿adónde vamos? ¿qué queremos hacer? ¿qué nos gustaría?.

En el proceso de aprendizaje, las paradas en el camino son decisivas. La acumulación excesiva de materiales acaba llevando a la confusión, por no acabar bien asentadas en sus interrelaciones. Pararse para analizar lo que hemos aprendido, lo que hemos hecho, cómo lo hemos vivido, dónde en realidad estamos desde la perspectiva del horizonte buscado, …. son vertientes que confieren esa pausa necesaria a un proceso que entonces tiene razones para intensificarse, porque el recuerdo de lo que hicimos, y el estado del arte de lo que estamos haciendo, son datos que se olvidan con demasiada facilidad, por lo que la síntesis de consideraciones, de aprendizajes, de avances, no sólo confiere motivación al alumnado o a las personas implicadas, sino que les permite dar nuevamente un salto hacia adelante, proponiéndose nuevas metas y objetivos en el camino hacia el horizonte deseado.

1 comentario:

  1. Queridos amigos, un alto en el camino es fundamental para descansar, reflexionar, recuperar fuerzas y disponerse a avanzar. Aprovecho para compartir algunas reflexiones sobre mi experiencia con grupos que he hecho estos días. Un abrazote.

    Me inicié en esta actividad hace muchos años con grupos operativos profesionales. He trabajado más de 7 años en grupos con por altos directivos y llevo 2 años trabajando intensamente con grupos de terapia de adicciones.
    En los trabajos grupales realizados he observado como iban surgiendo diferentes elementos que pueden sugerirnos otras perspectivas y planteamientos, en las áreas de aprendizaje y terapéutica, sea con altos directivos, profesionales, adictos y o familiares de adictos. En definitiva, ambas áreas (aprendizaje y terapia) generan transformaciones de comportamiento y los colectivos mencionados están compuestos por personas que quieren cambiar sus hábitos, o una parte de sus vidas.
    EL COMIENZO
    La primera reunión de grupo, el primer encuentro, suele estructurarse a partir de la petición de realizar una tarea y de una interpretación sobre esa petición. Podríamos decir que en esos momentos iniciales están presentes los participantes y esos dos elementos mencionados (la tarea y la interpretación sobre la tarea a realizar). En estas ocasiones el tercer elemento no suele aparecer (las sombras y los fantasmas, que se quedan fuera detrás de la puerta).
    Cada participante llega a ese primer momento del “aquí y ahora” con una historia, que es con la que supuestamente ha aprendido a ser quien cree que es y a resolver sus problemas.
    Muchas veces, el participante no llega con capacidades suficientes para estar presente al 100% y llega con una historia cargada de sufrimiento. No sabe el por qué, pero intuye que sus recursos ya no le sirven para enfrentar los nuevos obstáculos que encuentra en su camino. Y, unos pocos llegan tan desesperados, que para ellos más que “aquí y ahora”, perciben que se trata de “ahora o nunca”.
    Nosotros, fieles a las sugerencias de Bion, intentamos coordinar al grupo casi sin ideas previas, sin interpretaciones pedagógicas, sin memoria, apegos, ni deseos, para que el intercambio necesario permita construir un grupo coherente con posibilidades. Las decisiones que se tomen serán del grupo y no nuestras, nuestro papel será ayudar y acompañar (nosotros somos un recurso).

    Disponemos de un instrumento muy potente a nuestro alcance, el aprendizaje experiencial mediante prácticas grupales, que nos permitirá generar entornos de ayuda y capacitación a las personas, para que puedan tomar decisiones y conquistar el control de sus vidas, donde las soluciones están en poder de los participantes.

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