METODOLOGÍA
Y ANTECEDENTES DEL GRUPO DE TRABAJO[1]
(Roberto
Carballo, Revista Comunicación, 1987)
Cualquier grupo humano, dice Bion[2], es un grupo de supuesto emocional, es decir, en él predominan las emociones sobre el afán de conocer. “La actividad del grupo se ve obstruida, diversificada, y en ocasiones asistida por algunas otras actividades mentales que tienen en común el atributo de poderosas tensiones emocionales”[3] “Participar en una actividad de supuesto básico no requiere entrenamiento, experiencia ni madurez mental. Es instantáneo, inevitable e instintivo...”.
Este grupo (natural) puede
transformarse en un grupo sofisticado de trabajo, si se aplica una metodología
adecuada que le permita al grupo hacer conscientes los supuestos emocionales
que predominan en él; metodología que le haga posible trascender dichos
supuestos emocionales[4].
En este artículo se pretende definir
las características básicas de un grupo natural- para ello seguiremos en lo
esencial a Bion -, estudiar las condiciones de entrenamiento para la transición
desde este tipo de grupo al llamado grupo sofisticado de trabajo. Por último,
abordaremos los caracteres y requisitos de funcionamiento de un grupo de
trabajo.
Los supuestos básicos definidos por
Bion, supuestos que rotan en su manifestación en el grupo (natural) son:
-Grupo de ataque-fuga, en el que predomina la actividad
esquizoide-paranoide, y por tanto, la fragmentación y la proyección. La
agresividad real o latente es una manifestación necesaria. “Dentro de un grupo
de tal estado se aceptará al líder capaz de obtener el grupo que aproveche la
oportunidad para escapar o para agredir. Si hace demandas que no se ajusten a
esto, es ignorado...” y, si es posible, sustituido por otro que represente
mejor la demanda del grupo.
Este supuesto se suele ejemplificar normalmente por el Ejército como
grupo especializado. En él, lo significativo resulta ser la existencia de
enemigos exteriores e interiores. La desconfianza interna permanente se tiende
a superar con la institucionalización de la jerarquía[5].
“...El grupo se reúne a fin de lograr el sostén de un líder de quien depende
para nutrirse material y espiritualmente y obtener protección”.
-Grupo de dependencia, cuya característica básica es la existencia de una idea (ideología o
dogma) o de un líder que arrastra al grupo y dificulta la realización de la
tarea. El grupo especializado por excelencia de este supuesto básico es la
Iglesia; también lo son con mayor o menor intensidad los grupos ideológicos
(partidos políticos, asociaciones, etc.).
El problema principal de este supuesto, que se encuentra en todos los
grupos humanos, es la necesidad permanente de recambiar al líder, el cual suele
ser consumido por el grupo, en beneficio de la idea/dogma, que se entiende como
inmutable. Así, la actitud básica es de resistencia al cambio. De ahí que tanto
en el supuesto anterior como en éste el conocimiento no juegue un papel
significativo. Además, en estos supuestos, la historia sólo existe básicamente
como justificación (el grupo sólo tiene memoria en relación con el dogma o en
relación con la lucha, no la tiene como experiencia que sustenta la acumulación
de conocimientos).
-Grupo de emparejamiento. Es un supuesto menos estructural, pero que reaparece sistemáticamente
en los grupos humanos. Consiste en el emparejamiento de dos elementos del grupo
que, aislándose del mismo, pero siendo expresión de la pasividad del resto, se
proyectan en un futuro idílico, de pareja; que promete una utopía, una
idealización, “el sentimiento de esperanza en sí mismo”. Aquí el liderazgo está
en esa utopía, la cual se convierte en el elemento básico de este supuesto. “La
esperanza (mesiánica) sólo persiste cuando permanece la esperanza”.
La superación de
estos supuestos emocionales y la entrada en una fase de transición desde un grupo “natural” hacia un grupo sofisticado
de trabajo (grupo de conocimento), requiere
un entrenamiento.
En sociedad, son excepción los grupos que funcionan en el “aquí y
ahora”, respetando la experiencia y planificando el futuro y el sentido del
presente; que trabajan integrando la positividad, con conciencia de límites y
con contrastación inter-subjetiva; que son capaces de centrarse en la tarea;
etc.
El entrenamiento, la formación, se obtiene en la práctica grupal y
requiere unas condiciones metodológicas mínimas, así como aplicar unas técnicas
específicas. Las condiciones primeras son:
-
el conocimiento mutuo de los miembros del grupo, conocimiento que se
obtiene a través de la exposición de lo que se hace o de la práctica de la
enseñanza. Se trata de reducir al mínimo las relaciones mágicas entre los
miembros y de fomentar la transparencia de la información intercambiada. Se
trata, en definitiva, de crear condiciones, objetivos para el conocimiento del
objeto (tarea a definir), y
-
llenar el grupo de
información, de descripción especialmente oral, pero combinada con la escrita.
Esta información puede ser teórica sobre el objeto de la tarea o de la
formación o sobre la propia tarea realizada por el grupo.
Estas
dos condiciones o inputs facilitan la comunicción grupal/horizontal y la
flexibilidad operativa del grupo[6].
El
entrenamiento ha de permitir la formación a todos y cada uno de los integrantes
como monitor-director del grupo, como observador del mismo y ha de efectuarse aplicando
la metodología científica de “prueba y error” (aproximaciones sucesivas) y de
la crítica intersubjetiva. Todo ello ha de significar un permanente y
planificado cambio de roles en el proceso de conocimiento de trabajo.
Por
otra parte, es básica la formación de los miembros en actitudes de trabajo
propias de la tarea grupal (sistema de valores explícito): respeto mutuo,
positividad, conciencia de límites, sentido intersubjetivo de sentirse igual,
pero necesitar lo diverso en los demás.
Estas
condiciones y fórmulas se intentan presentar con más extensión en el cuadro
adjunto.
Conclusiones
provisionales
La fase de
transición entre el grupo natural y el grupo sofisticado de trabajo o grupo de
conocimiento la hemos intentado representar en una gráfica que al tiempo resume
las características de la situación inicial y final y algunos de los aspectos
básicos del entrenamiento.
El
aprendizaje para el grupo de trabajo constituye una nueva dimensión del
progreso humano, que nos permite potenciar la cooperación y la participación
consciente y nos pone en conexión activa y positiva con los tiempos que corren.
Ya es hora de iniciar la superación del desarrollo circular de los grupos
humanos en la historia.
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BIBLIOGRAFÍA
CITADA
D. ANZIEU (1986): “El grupo y el
inconsciente. Lo imaginario grupal” Biblioteca Nueva, Madrid.
CH.
ASHBACH y V.L. SCHERMER (1987): “Object Relations, the Self, an the Group”. Routledge. Londres
W.R. Bion (1980): “Experiencias en grupo”. Paidós,
Buenos Aires, 10 reimpresión.
R. CARBALLO (1988): “Grupo de Trabajo: metodología y
procesos” (mimeográfico)
M.R.F.
KETS DE VRIES y D. MILLER (1985): “The Neurotic Organizartion”. Jossey-Bass
Publ. San
Francisco.
E. PITCHON-RIVIERE (1961): “Grupos operativos en la
enseñanza”. Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupos, Núm. 2. Buenos
Aires.
J.A. RODRÍGUEZ PIEDRABUENA. Desarrollo sobre el
Grupo de Trabajo Operativo, 1984-1991.
[1] Este artículo fue realizado en 1986 y publicado en la Revista
Comunicación en 1987 (revista interna de Telefónica). El autor ha querido
reproducirlo, sin cambiarlo ni actualizarlo, ya que su planteamiento permite
pensar sobre la fase de transición y no da soluciones globales y puntuales para
acometer dicha fase. Esto está en consonancia con el Aprendizaje en la
experiencia, ya que permite el pensamiento grupal, y no cierra los caminos, ni
dice por dónde hay que ir exactamente.
[2] Wilfred
R. Bion: “Experiencies in groups and other papers”. Tavistock. Londres (“Experiencias en
grupos”. Paidós. Buenos Aires, 1980, 10 reimpresión).
[3] Íbid. Pág. 119 y 124
[4] Sigmund Freud: “El yo y el ello”.
[5] Al institucionalizar la jerarquía (proceso
hacia) se “controla” al grupo interior,
fosilizando los roles y “evitando”, por tanto, los peligros que acechan
el interior; y se ofrece una sensación/impresión unitaria/homogénea, en cierto
modo prepotente frente al exterior. El proceso de institucionalización de la
jerarquía del poder autoritario y de la organización centralizada es más
necesario en la medida en que el supuesto de ataque-fuga está más fundamentado
en la fuerza de los artefactos (de las armas) y menos en la fuerza bruta,
física o humana; es decir, es más obligada la institucionalización cuando el
poder ha sofisticado sus tecnologías de destrucción.
[6] Una cuestión metodológica crucial en la
transición es el ritmo. No todos los grupos “exigen” (piden) el mismo ritmo. El
monitor debe facilitar el espacio de comunicación, facilitando la fluidez de la
comunicación horizontal y la presencia de un mínimo de información que supere los vacíos
iniciales.
La reproducción no es buena del todo, pero servirá para que la tengamos en nuestro repositorio del seminario interno.
ResponderEliminarLo siento pero no se ve bien podrias reeditarlo sobre todo las Conclusiones provisionales las palabras inscritas en los rectangulos no se pueden leer.
ResponderEliminarSiento no poderlo leer me ha parecido muy interesante.